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Extremadura avanza en la implantación del modelo de mediación familiar
El servicio de Mediación Familiar, que ya está activo en las cuatro principales ciudades extremeñas (Badajoz, Mérida, Cáceres y Plasencia), se ampliará a las localidades de Trujillo, Zafra, Navalmoral de la Mata, Coria, Almendralejo y Villanueva de la Serena durante este año.
El director general de Política Social y Familia, Juan Bravo, ha mantenido hoy una reunión con el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, y la concejala de Servicios Sociales, Sonia Grande.
El objetivo es coordinar a las administraciones y a todos los agentes implicados en los Servicios de Mediación establecidos en la comunidad y dar a conocer este recurso a la ciudadanía.
Juan Bravo,acompañado por la adjudicataria del recurso, Fundación Atenea, ha mantenido un primer contacto sobre el funcionamiento del servicio, activo ya en las cuatro principales ciudades extremeñas.
Se trata de “testear las necesidades y acogida del mismo, así como coordinar entre gobierno regional y local la actividad que presta el mismo”.
Durante el encuentro, Bravo ha incidido en la necesidad de que responsables de los servicios sociales expliquen a los posibles usuarios que en un proceso de mediación las partes interesadas solicitan la intervención de los mediadores de “manera voluntaria“.
“Los mediadores procurarán la comunicación, el diálogo y la negociación entre las partes confrontadas sin decidir sobre el conflicto, pues promueven la toma consensuada de decisiones en relación al conflicto existente”, ha señalado Juan Bravo.
El procedimiento de mediación está establecido en cuatro fases y se inicia por derivación de los diferentes dispositivos profesionales o por solicitud de los interesados.
Tras la recepción de la solicitud, con el número de expediente asignado, el mediador convocará a las partes a una sesión informativa.
Dicha sesión se establece con el fin de proporcionar a las partes la información sobre la mediación en sí, las consecuencias de la elección voluntaria del procedimiento, su duración máxima, la eficacia de los acuerdos adoptados, así como de los derechos y deberes de las partes y de la persona mediadora.
Además en esta fase, el mediador constata que la mediación es el recurso adecuado para tratar la problemática presentada por los mediados, procede a dar de alta al caso y planifica las sesiones de intervención.
La duración del proceso de mediación dependerá de la naturaleza y complejidad del conflicto, sin exceder los dos meses de duración salvo que la persona mediadora o las partes soliciten su ampliación hasta como máximo otro mes más.
La decisión de finalizar el procedimiento puede obedecer a cualquiera de las partes en conflicto o al mediador en los casos de acuerdos totales o parciales, faltas de acuerdo, desistimiento o renuncia de la persona mediadora.
En cualquiera de estos casos se redactará un documento de cierre en el que se señala los acuerdos alcanzados o la imposibilidad de su adopción. Dicho documento, se precisa en la nota, será firmado por la persona mediadora y las partes, en prueba de conformidad.
LA CRÓNICA DE BADAJOZ (EFE)