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Mediación y ArbitrajeNoticias

LA JUSTICIA RESTAURATIVA CERCA DE SER UNA REALIDAD Y NO SÓLO UNA UTOPÍA


Lawyerpress

Por Virginia Domingo de la Fuente, coordinadora del Servicio de Mediación Penal de Castilla y León-Amepax y presidenta de la Sociedad Científica de Justicia Restaurativa

Los congresos internacionales de justicia restaurativa y mediación penal en Burgos surgieron con el doble propósito, por un lado de llamar la atención al legislador sobre los beneficios de la Justicia Restaurativa y conseguir una mínima regulación que nos diera mayor seguridad en nuestro trabajo diario y por otro mostrar a los profesionales, operadores jurídicos, y al público en general lo qué es y no es esta justicia y sus diferencias con otras figuras afines.
La III edición de este Congreso bianual se celebró hace unas semanas y debo decir como codirectora de estos eventos que sin duda, ha cumplido con creces nuestras expectativas.
En primer lugar es destacable el número de asistentes , más de 150 lo cual sin duda es una garantía de éxito para cualquiera que organice un evento de estas características, sin embargo, lo más alentador es ver como este congreso reunió gente interesada en la Justicia Restaurativa y que proviene de muy diferentes áreas profesionales. Además, como apreció un periodista son gente muy joven, lo cual es un indicador de que la Justicia Restaurativa ya sea considerada una filosofía de ver la justicia, un movimiento social o simplemente una pequeña humanización de la justicia penal es apoyada por las generaciones futuras, y esto, sin duda anima a pensar que el cambio hacia una mentalidad restaurativa es posible, o más bien la construcción de una normativa penal y penitenciaria con un enfoque restaurativo cada día está más cerca.
En segunda lugar, he visto con gran interés como respecto a la primera edición del congreso la gente está mucho más interesada en esta forma de ver la justicia que ayuda a los afectados por el delito y promueve una mejora en la concepción que el ciudadano tiene acerca de la justicia. Muchos más profesionales muestran su apoyo a esta justicia restaurativa y sus diferentes prácticas. La Justicia Restaurativa ya no es vista como una utopía o un invento de cuatro visionarios.
Ya es una realidad como lo prueba las experiencias de los profesionales que durante el congreso, se pudieron compartir y analizar. Algo que sin duda, nos anima a continuar con sucesivas ediciones y convertir así en algo habitual la cita con la Justicia Restaurativa bianual en Burgos. Son importantes estos encuentros que nos ayudan a compartir, intercambiar ideas y profundizar en diferentes aspectos de la Justicia Restaurativa.
En tercer lugar, respecto de la edición del 2010 algo ha cambiado, una de las aspiraciones de aquel congreso era que el legislador, por fin tomara en cuenta la Justicia Restaurativa y la incorporara a nuestro derecho interno. Pues bien, hemos avanzado, ya que en unas semanas parece que el estatuto de los derechos de las víctimas verá la luz y con él, se incorporara igual que en la directiva de 25 de octubre de 2012, la referencia a los Servicios de Justicia Restaurativa, y el deber de informar a la víctima sobre su existencia.
Puede ser una regulación ciertamente escasa que necesitará de una más amplia, sin embargo, esta breve referencia a la Justicia Restaurativa por un lado supera la antigua y errónea asimilación de justicia restaurativa y mediación penal y por otro lado, nos deja la puerta abierta para dejar de trabajar en un marco “alegal” y dotar de cierta oficialidad nuestra labor.
La representante y asesora del Secretario de Estado de Justicia, doña Silvia Martínez Cantón, nos dio esta buena noticia en su exposición inaugural del Congreso, y así vino a corroborar algo que también estábamos esperando, puesto que la Sociedad científica de justicia restaurativa ha asesorado al Ministerio de justicia para conseguir su inclusión en el estatuto de las víctimas.
Esperamos que al igual que en la directiva, los Servicios de Justicia Restaurativa se generalicen y sean servicios estables y gratuitos, con personas dedicadas en exclusiva a ello, ya que no daría seguridad a los afectados, un servicio ofertado por abogados, psicólogos, criminólogos…etc. estos servicios deben ser dirigidos por facilitadores restaurativos, sin ningún “apellido” tras su profesión de facilitador o mediador.
Asimismo lo lógico será que se mantengan los servicios existentes y se extiendan a aquellos lugares donde no hay para no conculcar el principio de igualdad y evitar que haya víctimas de primera y segunda categoría. La inversión será mínima para los muchos beneficios que estos servicios tendrán para los afectados por el delito: los más vulnerables y sobre todo la concepción del ciudadano sobre la Justicia en general y la penal en particular, va a mejorar de forma ostensible.
También me parece importante ver cómo ya se empieza a distinguir la mediación penal y la justicia restaurativa, y se ve cómo esta mediación es tan solo una herramienta para poner en práctica esta justicia. Este objetivo ha sido una pieza fundamental en estas tres ediciones y veo con alegría cómo poco a poco se está consiguiendo.
Para el IV Congreso Internacional espero que la regulación sea una realidad, y que los Servicios de Justicia Restaurativa se extiendan a todo el territorio ofreciendo no solo mediación penal sino una atención restaurativa a víctimas e infractores, en los que los encuentros restaurativos podrán ser el último escalón dentro de una justicia penal y penitenciaria con enfoque restaurativo. Para esto es importante no caer en los formalismos y en el miedo a esta justicia, aunque haya que matizar principios jurídicos como el de legalidad o seguridad jurídica, esto se hará en favor de ayudar a seres humanos que han sufrido un delito. Se trataría de humanizar el sistema penal ¿imposible? Claramente no, y la Justicia Restaurativa y el apoyo social que ésta tien, como lo ha demostrado la III edición de este Congreso, es una prueba.

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