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LA EMPRESA DE RUBIERA PREDISA ENTRA EN CONCURSO DE ACREEDORES


La compañía llega a esta situación tras fracasar el plan urbanístico que iba a convertir su fábrica en 1.200 pisos

24.06.2013 | LanuevaEspaña.es

M. SUÁREZ Rubiera Predisa ha entrado en concurso de acreedores. El «Boletín Oficial del Estado» (BOE) publicaba esta misma semana el anuncio del Juzgado de lo mercantil número 3 de Gijón informando del proceso. La empresa llega a este punto como consecuencia de la crisis económica y del fracaso de la operación urbanística que iba a convertir los terrenos de su fábrica de Las Quintanas, Ceares, en una gran área residencial de 1.200 viviendas.
Las fincas «Prado del Cotarón» y «Llosa del Cotarón», donde Rubiera Predisa produce prefabricados de hormigón desde hace más de medio siglo, fueron recalificadas para uso residencial al amparo del Plan General de Ordenación (PGO) de 2005. El Ayuntamiento consideró, entonces, que ésta era una zona de expansión urbana y que, con el aprovechamiento edificatorio concedido a las parcelas, Rubiera Predisa podría costear su traslado a otro emplazamiento del concejo.
El PGO de 2005 y el que lo sustituyó en 2011 están anulados por el Tribunal Superior de Justicia de Asturias, pero no son ésas anulaciones las que han llevado a esta factoría gijonesa a iniciar un proceso concursal. El conflicto que mantiene con Navicoas Asturias, la sociedad promotora que compró sus terrenos de Las Quintanas en 2007, ha sido determinante en la actual situación económica de la empresa.
Las discrepancias entre ambas sociedades se dirimieron en el Juzgado. Navicoas reclamó el desahucio, argumentando que el contrato de compraventa fijaba junio de 2009 como fecha límite para que Rubiera dejase las instalaciones de Las Quintanas. La promotora solicitaba una penalización de 12.500 euros diarios.
La dirección de Rubiera Predisa denunció, por su parte, que Navicoas aún no había abonado el importe total de la compraventa de los terrenos donde aún permanece la fábrica gijonesa. Esa deuda se cifró en 27,2 millones de euros, una cantidad que los responsables de la empresa de Las Quintanas siempre consideraron imprescindible para poder remontar la crisis económica, que está sacudiendo con especial virulencia el sector de la construcción y la obra civil, en el que Rubiera Predisa tiene su área de actividad.
En cuanto a su traslado, que ya tenía que haberse llevado a cabo hace cuatro años, alegan causas de fuerza mayor ajenas a su voluntad para no haber cumplido el contrato. La idea, en principio, era construir una nueva fábrica en una parcela adquirida por la empresa en Serín, pero dicha parcela está afectada por la red de accesos que dará servicio a la zona de actividades logísticas e industriales de Asturias (ZALIA).
Ante esta situación, se buscó como alternativa el polígono de Lloreda, donde se llegaron a reservar 100.000 metros cuadrados de suelo, pero este traslado tampoco se consumó. Rubiera sostiene que sin el dinero que le queda por cobrar de Las Quintanas no puede costear el cambio de instalaciones. Sus trabajadores se preguntan «qué hizo con el dinero que sí cobró».

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