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Mediación y ArbitrajeNoticias

JUECES Y ÁRBITROS SE CONGRATULAN DE LA MEJORA DE SUS RELACIONES PROFESIONALES Y APUESTAN POR EL ARBITRAJE PARA RESOLVER CONFLICTOS


LAWYERPRESS/

 

En esta jornada de convivencia profesional entre jueces y árbitros celebrada en la Fundación Rafael del Pino que ha congregado a más de 230 expertos pudimos charlar con expertos de ambas partes para conocer sus impresiones sobre la relación existente entre magistrados y árbitros. Es evidente como el lector de Lawyerpress podrá leer que la evolución ha sido positiva y ahora la judicatura ve con buenos ojos el desarrollo de estos métodos extrajudiciales. Fue la intervención de José María Alonso, primer presidente del CEA y hoy socio director de Baker & Mckenzie quien apuntó que esta relación había mejorado con el transcurso del tiempo :” Todo sabemos que la ley 60/2003 de Arbitraje deja claro las materias sujetas a control judicial; en ejecución de laudos tanto nacionales como internacionales, pedir medidas cautelares por alguna de las partes y la revisión del laudo desde el punto de vista formal.”. A juicio de este experto el control judicial está bien regulado desde esta perspectiva normativa.


Otra cuestión que mencionó Alonso es la buena relación existente desde hace unos años. “El CEA suscribió en el 2006 un convenio de colaboración con el CGPJ, máximo organismo de representación de los jueces. Hemos hecho pocas cosas pero seguro que en el futuro intensificaremos la relación. La idea era analizar los fallos judiciales que hubiera sobre arbitraje y también cuestiones relacionadas a la formación de los jueces en materia arbitral”. De hecho supimos que hay una comisión mixta que trabaja en este sentido de análisis de los fallos judiciales. Para este experto en arbitraje el talante de los jueces hacia el mundo del arbitraje es diferente y advierten que puede ser un elemento que ayude a medio plazo a mejorar la situación de nuestra justicia. “Hay que recordar que el árbitro es un especialista en esa materia que dicta un laudo, a modo de sentencia, después de haber oído a ambas partes”. Desde su perspectiva el arbitraje está muy asentado a nivel internacional ,falta su desarrollo en nuestro ámbito local.
Maria Eugenia Alegret, ponente de este evento, lleva una carrera prolongada en la magistratura, fue presidente del TSJ de Catalunya valora el buen ambiente de este I Congreso de Jueces y Arbitros, destacando que los jueces y árbitros llevan una función complementaria en la forma de encarar los procesos :”Creo que la colaboración entre ambos cuerpos es evidente, pese a la autonomía que tienen ambos colectivos en su forma de trabajar. Nosotros colaboramos para que el arbitraje funcione bien en todos sus sentidos, especialmente en labores de control por si el arbitraje tiene algún defecto subsanable”, afirma A juicio de esta jurista la reforma de la Ley de Arbitraje con la Ley 60/2003, con base a la Ley Uncitral está ayudando a impulsar el arbitraje en nuestro país.
Desde su perspectiva es fundamental la cultura del arbitraje en nuestro país para que ciudadanos y empresas conozcan realmente las ventajas de este método extrajudicial. “Puede ser de ayuda para descongestionar nuestra justicia y, lo que es más importante, al final lo que podemos conseguir es que cada asunto tenga su forma de resolverse, bien via jurisdiccional tradicional bien, a través del arbitraje o la mediación”, aclara. Esta juez, prefiere hablar de métodos adecuados en lugar de alternativos y es que considera que algunos asuntos pueden resolverse via conciliación, mediación o con el propio arbitraje, Sobre el papel del juez en estos asuntos fomentando su desarrollo cree que la figura está clara en la mediación donde “podemos derivar muchos asuntos que busquen el acuerdo entre las partes, lo que no veo tan claro es el papel en el arbitraje de la judicatura a este nivel”.
Clave ley 60/2003 en mejora relaciones
Bernardo Cremades es uno de los precursores del arbitraje en España. Fundó y gestiono en la década de los ochenta la Corte Española de Arbitraje, dependiente del Consejo Superior de Cámaras. Es aún en estos momentos uno de los profesionales más reputados en el arbitraje dentro y fuera de nuestras fronteras: “El cambio en la relación entre jueces y abogados ha ido para bien en su evolución. La difusión en estos últimos años del arbitraje en nuestro país invita a ese mayor contacto entre ambos colectivos y a que exista una mayor relación entre ellos “,argumenta. A este respecto coincide con muchos de los entrevistados en que la Ley de Arbitraje del 2003 ha ayudado a mejorar estas relaciones profesionales. “El juez es el prmer interesado en que se cumpla la autonomía de la voluntad. Y si en el contrato se habla de arbitraje por la inclusión de la clàusula que se vaya a esa via”. Cremades de forma tajante reconoce que no es función del juez derivar asuntos a arbitraje.
De Bilbao ha venido Ana Armesto, abogada, árbitro y mediadora a este evento que se celebra en la capital de España. Lleva más de quince años en el mundo arbitral y desde su experiencia señala que hay que crear más foros que interrelacionen a expertos en arbitrajes y jueces para analizar los problemas prácticos que surgen “Ha mejorado mucho la relación entre ambos colectivos y cómo nos ve la judicatura. Ya los jueces reconocen el arbitraje como una realidad sólida” explica. También coincide que la ultima reforma de la ley de arbitraje del 2003 ha delimitado bien el papel de control de los jueces sobre el arbitraje “regula el apoyo que necesite el arbitro judicial para cuestiones concretas y otras situaciones donde un laudo puede ser revisado por los jueces y anulable en muy determinados casos”, subraya. Valora mucho que juzgados como el 101 de primera instancia de Madrid estén centrados en la ejecución de los laudos, caballo de batalla de esta práctica.
Para Armesto es más complicado que los jueces puedan derivar a arbitraje, tal y como hacen a la mediación desde la puesta en marcha de la Ley 5/2012 de Mediación Civil y Mercantil que sí da la posibilidad a los jueces de invitar a mediación: “Hay un cambio cualitativo importante entre arbitraje y mediacion, en ésta son las partes quienes buscan la solución. Pero está claro que pueden ayudar a la descongestión de nuestra justicia, “aclara. Desde su perspectiva, un magistrado, ya retirado, gracias a su formación y experiencia puede ser un buen árbitro “siempre y cuando se adapte al nuevo entorno desde el punto de vista formativo. Si creo que tendrían que pasar por una especie de descompresión del ritual procesal o de la lec. Hay que darse cuenta que la LEC (Ley de Enjuiciamiento Civil no es aplicable al arbitraje y hay que prescindir de ella en un procedimiento arbitral”, apostilla.
Teresa Galgo y su compañera Sonia Blanco… son alumnos de Segundo de Derecho de la Complutense. Tienen como profesor en procesal a Miguel Angel Fernández Ballesteros, actual presidente de la Corte de Arbitraje de la Cámara de Madrid. A estas personas se las ve algo emocionadas por estar en este evento. Al final acaban por hacerse una foto con varios de nuestros mejores juristas expertos en arbitraje :”Sabemos poco de Derecho Procesal pero realmente lo que conocemos nos gusta.”Todavía no sabe que hará si será letrada, juez o árbitro. Por su parte, Sonia reconoce que la materia de derecho procesal volcada a arbitraje es muy interesante :” lo que más me llama la atención es que hay otra fórmula de resolver conflictos fuera de la via ordinaria”, subraya.
Mejorar relaciones entre jueces y abogados
En opinión de Miguel Moscardó, uno de los pioneros del desarrollo del arbitraje en España, no en vano puso en marcha esta área en Garrigues hace años, “es fundamental que el engranaje entre judicatura y arbitraje se entienda y desarrolle en diferentes eventos. Magistrados, abogados y árbitros deben conocerse mejor para que el procedimiento arbitral sea un éxito”. Advierte que en todos los paneles del evento donde se analizan cuestiones donde aparece la intervención judicial tienen una vertiente práctica “no se puede analizar de forma abstracta y hay que ir caso por caso en esta actividad. Dicho esto creo que el control jurisdiccional de los laudos se está haciendo de forma adecuada”. Este jurista valora el cambio en la ley que da atribuciones de control a los TSJ en esta materia “se está haciendo de forma rápida y con acierto.“
Moscardo no cree que los jueces tengan que invitar a las partes a ir a arbitraje, tal y como sucede con la mediación. Ahí su punto de vista es parecido al de muchos expertos con los que hemos hablado en este reportaje :” La función del magistrado en la jurisdicción es el control en la medida que la ley lo indica de los laudos y otras cuestiones relacionadas con este tema. “. En su opinión, la especialización del arbitraje, tratado por árbitros especialistas lo que hace es que los conflictos se solventen a través del punto de vista de los expertos en esa materia. Y coincide con Armesto en que la LEC no debe aplicarse al arbitraje, “ ya tiene su cauce concreto de acuerdo con la Ley y con el Reglamento de cada institución arbitral, o incluso en el caso de los arbitrajes ad hoc, si las partes así lo demandan”, recuerda. Y añade que los magistrados en el futuro a medio plazo pueden ser buenos árbitros si se forman de manera adecuada.
José Luis Concepción, presidente del TSJ de Castilla León, es otro de los ponentes que interviene en este encuentro que aúna las voluntades de jueces y árbitros :” el arbitraje es un complemento de la jurisdicción que debe potenciarse. Creo que los Estados deben buscar fórmulas que procuren solucionar los problemas jurídicos a los ciudadanos”, resalta. Desde su punto de vista hay que hablar más de complementariedad que de alternativa a la justicia actual, lenta y cara “Al final la propia jurisdicción tiene mecanismos para revisar tanto el laudo arbitral como el acuerdo de mediación si fuera necesario”, aclara. Y es partidario que, al igual que los magistrados hacen en mediación, al igual que pasa en otros países, puedan los propios jueces derivar a arbitraje “Hasta hace cinco siglos los jueces incluso podían resolver se conflicto también desde su role de árbitro”, confiesa.
Todos los expertos coinciden que el arbitraje internacional funciona; las empresas se dan cuenta que es el mejor método para resolver los intereses suyos en jurisdicciones donde incluso las leyes no se conocen por sus abogados. Sin embargo, desde fuera da la sensación que el arbitraje en materia doméstica lleva un ritmo más lento. A juicio de este magistrado “se ha desarrollado poco en este contexto interior que usted apunta. Hasta ahora el ciudadano confía más en los tribunales de justicia. Sin embargo la figura del arbitraje ya ha tenido tres cambios legislativos en los últimos cincuenta años. Es el momento que se asiente y que se conozca mejor”, apunta. Y para este jurista no hay problemas en que compañeros magistrados cuando lo deseen puedan dar el salto y tras un programa formativo, convertirse en árbitros como ya lo son diferentes juristas de otra procedencia.
Juan Ramón Montero, presidente de la SEA y responsable del área de derecho deportivo del ICAM es un profesional muy vinculado al arbitraje a lo largo de estos últimos veinte años: “Cuando creamos la SEA en 1988 la judicatura se opuso en parte a esta iniciativa, era como si quisieran el monopolio de la justicia. Ahora la situación ha cambiado mucho afortunadamente y hay más diálogo entre ambas partes, la saturación de los tribunales de justicia es evidente.” Bajo su punto de vista la labor de tutela de los laudos que hacen los jueces a través de juzgados como el de 101 de Madrid y los TSJ, como la reforma legislativa también es positiva. “Estos jueces que cesan en su actividad judicial son magníficos árbitros en el futuro por todos los conocimientos que atesoran como profesionales”, explica. Y concluye comentándonos que los jueces pueden ayudar a impulsar el desarrollo del arbitraje, sin dejar claro si deben también derivar a esta práctica como ya lo hacen en mediacion con la nueva Ley 5/2012.

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