Álvaro Cuesta y Concepción Sáez, vocales del CGPJ
LAWYERPRESS/@LuisjaSanchez
Mantenemos esta conversación en la Sala de Juntas del CGPJ, hoy vacía para acoger a estos tres personajes. Mientras que el periodista se coloca en el centro nuestros entrevistados le flanquean en esta amplia mesa. Alvaro Cuesta y Concepción Sáez más Juan Manuel Fernández son los vocales del nuevo CGPJ encargados del impulso de la mediación en nuestro país. Hoy nos acompañan los dos primeros. Este miércoles se celebra el Día Europeo de la Mediación y es un buen momento para hacer balance de dónde estamos y a dónde venimos: “Hay que darse cuenta que mediación es una forma de tutela judicial efectiva de los derechos de los ciudadanos. Es otra de las obligaciones del poder judicial buscar la mejor solución a los conflictos y en ocasiones es la mediación”, comenta Cuesta. “Desde el CGPJ queremos intensificar y homologar la formación de los jueces y magistrados que conozcan bien la mediación, tanto en formación inicial como contínua. También queremos impulsar la formación de mediadores y un conjunto de buenas prácticas” subraya Sáez. Ambos juristas advierten que la propia mediación hay que incorporarla como un elemento más a la propia oficina judicial como se ha hecho en el TSJ de Murcia recientemente. A corto plazo el CGPJ suscribirá un convenio con Justicia y CCAA con competencias transferidas para el desarrollo de la mediación.
En primera persona
Concepción Sáez
“A lo largo de este primer año de trabajo en el CGPJ hemos constatado que hay muchos proyectos en marcha. En comunidades autónomas como Cataluña se viene haciendo desde 1998 con apoyo institucional y en el País Vasco desde el 2007 hay un desarrollo importante sobre todo de la mediación penal y algo de prácticas hipotecarias.
Creo que el trabajo que se hace en estas dos CCAA sería un buen espejo en el que el resto del Estado debiera mirarse con las particularidades que existen en cada comunidad. Hay que darse cuenta que nuestra organización territorial es muy específica y aquí las CCAA con competencias en justicia transferidas son importantes a la hora de impulsar la mediación.
Dicho esto es evidente que queda mucho camino por recorrer. Ahora en Murcia se ha puesto en marcha un proyecto interesante de mediación dentro de su Oficina Judicial. Desde el Consejo queremos que la mediación intrajudicial se desarrolle de manera uniforme y homogénea en todo el Estado. Esta es nuestra apuesta a medio plazo. Todos los ciudadanos tienen derecho a beneficiarse de los valores de la mediación intrajudicial vivan donde vivan.”
Alvaro Cuesta:
La relación del CGPJ con la mediación date de 1997. En el Libro Blanco ya se hacia una apuesta por la solución extrajudicial, en el 2006 se pusieron en marcha varias experiencias pilotos para dos años después ene l Plan de Modernización del CGPJ incluir la mediación como elemento clave del mismo. Todo esto desemboca en crear la vocalía de mediación en el 2009. En el anterior CGPJ había dos miembros y en este hay tres.
Otro hito importante tiene que ver cuando en el 2013 el propio Consejo desarrolla una completa Guía sobre mediación donde se conjuga la práctica legislativa, orientación a la hora de elegir servicio etc. El CGPJ lo ve desde hace años como una prioridad. Y en este mandato creemos que hay que darle un mayor impulso aún. Se trata de ayudar a crear la cultura de la mediación que es la cultura de la paz, en definitiva.
Con los datos en las manos se ha incrementado el número de asuntos que derivan los jueces a la mediación en España. Hablamos de unos 10.000 asuntos a nivel intrajudicial en el 2013. Con acuerdo de las partes finalizaron sobre los 2.000. En el campo concreto de mediación en procesos de familia el número de acuerdos no llega al millar. En el caso de la mediación penal tiene mérito las derivaciones que se han hecho cuando falta el marco normativo correspondiente.
Sres. Cuesta y Sáez, muchos de los profesionales consultados por esta medio aluden a la falta de apoyo del Ministerio de Justicia a la difusión de la mediación ¿Comparten ese criterio?
Alvaro Cuesta. Es posible que así sea. Lo dice la propia Ley 5/2012 que el papel de las administraciones debe ayudar a un mayor conocimiento de la mediación. Ahora desde el CGPJ queremos luchar contra ese déficit de información.
Trabajaremos tanto para que la carrera judicial conozca las ventajas de la mediación y se forme, así de cara a que el resto de ciudadanos conozca esta opción extrajudicial. Sabemos que hay muchos asuntos que se pueden reorientar a mediación.
Concepción Sáez: Sería una buena iniciativa así al ciudadano no le extrañaría oír hablar de mediación. Dicho esto hay que darse cuenta que es un concepto amplio en el que además de la mediación intrajudicial hay otra extrajudicial con muy buenos profesionales.
Hablar de la mediación es hacerlo de una herramienta válida para la resolución pacífica de los conflictos a todos los niveles. Es una metodología que ayuda a resolver cualquier controversia por la vía del diálogo.
Debemos romper la tendencia que un tercero investido de poder, el juez, en este caso, es la única forma de resolver los conflictos. Es fundamental fomentar la búsqueda de una solución entre las partes sin que ninguna de las dos gane o pierda, cuestión que ahora es ajena a nuestra cultura.
Expertos como Vicente Magro, presidente de la Audiencia Provincial de Alicante, que ha impulsado la mediación en el ámbito penal, considera que debiera ser obligatoria en determinados supuestos.
A.C.: Impulsar la cultura de la mediación desde la obligatoriedad no es muy acertado. La mediación también supone de alguna forma que el ciudadano forma parte de la administración de justicia buscando soluciones a sus asuntos.
Esa participación hay que impulsarla desde el respeto a su voluntad. La obligatoriedad de la mediación podría generar espacios de injusticia en las soluciones o de consecuencias adversas o incluso de falta de neutralidad del juez.
Hay que darse cuenta además que la tutela judicial efectiva no es solo dictar sentencias sino a la vez estimular espacios de encuentro para buscar la mejor solución. De esta forma tutela judicial también es estimular la mediación.
Desde el CGPJ debemos de garantizar una mediación de calidad, eso supone dar las herramientas adecuadas a nuestros jueces y magistrados y al mismo tiempo garantizar que esos mediadores, profesionales formados para este papel, tengan la calidad suficiente para desempeñar esta actividad.
Al mismo tiempo hay que estimular a las partes, la idea es que un juez si interviene en un conflicto ponga en conocimiento que pueden acudir a mediación, solución al margen de una resolución judicial, existiendo siempre un control de legalidad que le corresponde al juez.
C. S.: Es fundamental además garantizar espacios dignos donde se pueda mediar. Todas las administraciones relacionadas con la justicia deben generar espacios físicos donde se pueda desarrollar ampliamente la mediación. Pensamos que en la Oficina Judicial puede ser un sitio adecuado para estimular la propia mediación.
Tampoco soy partidaria de la obligatoriedad. En el caso de la mediación penal habría que vincularla con la justicia restaurativa y eso significa hablar de víctimas. Desde la Ilustración nada se sabe de la víctima, solo se habla del Estado y del infractor. Con la justicia restaurativa se da a la víctima la posibilidad de intervenir en el proceso y asentarse como otra parte del proceso penal sin que el mismo pierda garantías respecto del infractor.
En el próximo Estatuto de la Víctima, pendiente de aprobación, ya se habla de justicia restaurativa un concepto que proviene de directivas europeas. Si se pretende restablecer el equilibrio perdido es cuando tiene sentido la mediación penal. Ahora en la próxima reforma del Código Penal está previsto incluir una normativa que impulse la propia mediación penal.
¿Consideran que el reto de la mediación se encuentra en el mundo de la empresa, sabiendo que ya ha habido prácticas en mediación civil y familiar?
A.C.: Quizás este terreno sea más proclive a los mediadores extrajudiciales de la que no nos sentimos ajenos a ella. En la medida que podamos colaborar en mejorar su calidad y en crear espacios, ahí estaremos
En el mundo de la empresa nuestra participación es instrumental en el desarrollo de la mediación, sobre todo con la firma de convenios con otras entidades.
Así está el suscrito con las Cámaras de Comercio para el apoyo al desarrollo de la mediación en este campo de actividad. Otros convenios suscritos han sido con colegios profesionales o asociaciones que quieren implementar la mediación así como con CCAA.
¿Podemos hablar de burbuja en el mundo de la mediación con las instituciones y mediadores que han surgido en estos dos años?
A.C.: No creo que exista tal burbuja. Desde siempre nuestro país ha empujado la mediación. Primero las CCAA y ayuntamientos, luego ha llegado la normativa estatal pero con las cifras que le he dado antes de 10.000 derivaciones aún hay mucho por hacer en este sentido. Las cifras son insuficientes aún no hay una cultura sobre mediación como la que esperamos tenga nuestro país.
C.S.: Estoy de acuerdo con lo que dice Álvaro. Lo que sí se observa es un interés creciente por parte de los profesionales sobre este tema, sobre todo de los profesionales del derecho que solucionan muchos conflictos al ciudadano.
El gran reto es que, por ejemplo, los abogados asuman que la mediación es una herramienta válida para gestionar conflictos. Y que es tan buen abogado el que soluciona el asunto desde un acuerdo suscrito por las partes como el que lo consigue a través de un pleito.
Lo que sí llama la atención es la versatilidad de la mediación. Aplicable a muchas materias incluso a temas hipotecarios que pudieran evitar los lamentables desahucios.
C.S.: Es así y hay que potenciarlo. En el País Vasco uno puede ver a través de la web de la Consejería de Justicia que está institucionalizada esta práctica en esta materia. Tiene un gran futuro ante uno de los grandes conflictos que hay en nuestro país. En esta esfera la justicia, cuando llega, llega tarde y así no se protege el derecho a la vivienda.
A.C.: Hay que valorar la aportación del CGAE a este tema desde sus oficinas de intermediación hipotecaria, igual del ICAM con el que hemos ampliado el convenio suscrito para el desarrollo de la mediación o el propio ICAB de Barcelona además de las experiencias del País Vasco ya citadas por mi compañera vocal Concha.
¿Necesita esta ley 5/2012 un cambio normativo para que los jueces deriven mejor a mediación desde su punto de vista?
C.S.: Más que cambios legislativos lo que hay que hacer es establecer las condiciones para que la mediación se haga en los juzgados. La Ley que es una traslación de directivas europeas no puede ser otra cosa que general, como todas. Ahora lo que importa es la gestión de la mediación.
Hay que darse cuenta que la mediación tiene cabida en cualquier orden jurisdiccional. Habría que buscar que en cualquier parte del Estado español tuviéramos los mismos ratios de calidad en mediación, estemos donde estemos. Pese a que no exista una regulación específica en materia laboral o penal, eso no quita para que se pueda adaptar a cualquier jurisdicción sin excesivos problemas.
A.C.: No hay ahora una normativa penal en materia de mediación y parece que el nuevo Código Penal recoge la idea de aquel Código Procesal Penal de 2011 donde ya se contemplaban algunos artículos sobre mediación penal.
En nuestro país hace falta una gran reforma del proceso penal y uno de los cambios que se necesita es la regulación penal de la mediación así como cambios procesales en todas las jurisdicciones para adaptar mejor la mediación.
Lo más importante es la gestión de la mediación e incorporarla a la oficina judicial que ayudará a crear unidades que apuesten por la mediación es responsabilidad de las CCAA con competencias, Ministerio y este CGPJ
Respecto a los mediadores, ¿Les gusta el panorama que hay tan diverso o son partidarios de crear un cuerpo único como en mediación concursal?
C.S.: Es cierto que necesitamos buenos mediadores en cualquier orden jurisdiccional. En lugares donde la mediación ya está institucionalizada ya se trabaja en equipo. Hay mediadores vinculados a la psicología que trabajan con otros con conocimientos más jurídicos, imprescindibles en el campo penal.
En este contexto es papel de los colegios profesionales e instituciones de velar por la calidad de sus mediadores. Ellos mismos se han autorregulado. De hecho las horas mínimas que se piden por ley para ser mediador están superadas por muchos profesionales que ejercen como mediadores. Tenemos mediadores muy cualificados pese a la escasa cultura de mediación de nuestro país al igual que tenemos buenos formadores de mediadores.
A.C.: Un cuerpo único de mediadores no debe existir. Debemos huir de la estatalización de la mediación. Hay que trabajar porque nuestros mediadores estén bien formados y hagan mediaciones de calidad.
Lo que sí debe existir son funcionarios del servicio público de la justicia dedicados a la mediación. Que sean apoyo al propio desarrollo de la mediación y eso es lo que queremos impulsar. Necesitamos recursos humanos y materiales que estimulen la mediación. En este caso la labor del Secretario Judicial sería muy útil dentro de la Oficina Judicial para gestionar que asuntos pueden derivarse a mediación. Para ello necesitan formarse adecuadamente.