Modaes.es
La compañía ejecutó el expediente de regulación de empleo (ERE) para la totalidad de la plantilla de la factoría de Navalmoral de la Mata, sobre 37 trabajadores.
Fuentecapala entra en los juzgados. La compañía española especializada en sastrería ha solicitado concurso de acreedores en el juzgado de lo mercantil número 6 de Madrid. La compañía, que se encontraba en situación de preconcurso, acaba de pactar también el despido de los últimos 37 trabajadores que quedaban en su fábrica de Navalmoral de la Mata (Cáceres).
El juez Francisco Javier Vaquer Martín ha abierto el auto de declaración de concurso, de carácter voluntario, de la sociedad Fuentacapala y ha nombrado a Pedro Martín Molina como administrador concursal, según consta en el Registro Mercantil. El pasado junio, la compañía madrileña inició los primeros contactos con sus acreedores y abrió conversaciones con la plantilla de la fábrica cacereña para encarar su cierre definitivo.
La semana pasada, la empresa alcanzó un acuerdo con los trabajadores del taller de confección para las indemnizaciones por los despidos, que fueron de treinta días por año trabajado y con catorce mensualidades para las personas con más de doce años de antigüedad, según han explicado fuentes sindicales a Modaes.es. Este último expediente fue el cuarto y el definitivo que Fuentecapala presentó sobre la fábrica de Navalmoral de la Mata.
Fuentecapala ha cerrado de manera definitiva su fábrica en Extremadura después de ejecutar cuatro EREs desde 2013
Los representantes de los trabajadores aseguran que la empresa les comunicó la inviabilidad de la planta, pero argumentan que la Consejería de Trabajo de Cáceres no aprobó el expediente. En este sentido, los sindicatos aseguran que se trata de un movimiento para deslocalizar la producción fuera de España.
La fábrica extremeña de Fuentecapala tenía aún en 2012 una plantilla de 254 trabajadores, que fue adelgazado a partir de diferentes EREs, hasta alcanzar el cierre definitivo de la fábrica. A partir de 2013, la compañía encadenó varios recortes de puestos de trabajo como consecuencia de la caída del consumo y el cierre de establecimientos multimarca, así como la restricción al crédito.
Fuentecapala, que continúa liderada por la segunda generación de la familia Vargas, argumentó entonces que la caída de las ventas sufrida en el periodo 2007-2013 se tradujo en una pérdida de la producción de cerca del 80% de su capacidad industrial.