Skip to main content


– LAWYERPRESS

Por Salvador Madrid, Abogado, Master Mediación

Es ese temor al fracaso de la mediación, por ello, estamos ante una gran eclosión de la mediación. Se le ha estigmatizado como la gran salvación del colapso judicial, sobre todo, esta parece que es la razón fundamental de su implementación por parte de las Instituciones jurídicas. De tal forma que si no existiese tal colapso, quizás no se habría regulado de esta forma, a pesar de las preceptivas directivas europeas.
Se desea, se ansia el triunfo de la mediación, y sin embargo, la mediación es una actividad nueva en España. Se ha creado el mediador de conflictos cuando ni siquiera se ha regulado del todo su proceso de formación. No existe una carrera propia de mediador de conflictos, es derivativa de otras profesiones, abogados, psicólogos, trabajadores sociales, pedagogos… sobre todo. Y además, a pasos forzados se efectúan cursillos de mediación, de horas, días… para otros ámbitos profesionales, pej. policías, también su difusión en escuelas.. se pretende instaurar en todos los ámbitos y en todas las actividades.. y de forma particularmente importante introducir la mediación en los Juzgados.
Todos los profesionales de la mediación de conflictos, sus estudiosos, sus aspirantes, los que estamos inmersos en esta nueva filosofía de vida, que es lo que en realidad se quiere implantar, una nueva filosofía, leemos multitud de artículos, conferencias, etc. sobre cuestiones de la mediación, de la formación sobre todo, de la exigencia de la calidad de esa enseñanza, de la necesidad de las prácticas, de que el mediador no puede presentarse con otras etiquetas colgadas.. en fín.. se pone tanta exigencia, que ello evidencia un temor, una desconfianza en el mediador.¿ Es que se teme quizás su fracaso?.. Pero si esa medicina es buena tiene que triunfar! Sea como sea.
Quizás tampoco sea bueno ir acelerado, el cambio conlleva tiempo.. y se repite una y otra vez que el mediador y el abogado no deben ser enemigos, que son colaboradores.. y esto en medio de una crisis económica de dimensiones aún no evaluada con certeza.
El abogado se tendrá que amoldar a la mediación, no le queda otra, es quizás el más perjudicado económicamente. De ahí la necesidad de echarle el brazo por el hombro.
Hoy día no existe la carrera de mediador de conflictos en tal o cual especialidad, todos tienen un bagaje profesional detrás de sí.. y los abogados que se dedican a la mediación y quieren dedicarse a la mediación y si pudieran dejar la toga, tienen que seguir ejerciendo en tribunales, prácticamente todos hoy día. Y seamos realistas un procedimiento ordinario tiene unos honorarios profesionales muy superiores al coste de un asesoramiento al cliente por un procedimiento derivado a mediación, en el que su trabajo se limita a asesorar y redactar el acuerdo. Sus honorarios no pueden ser igual, ni hay costas al vencido.. Esta realidad es así.. y el abogado se fastidiará porque se fastidiará, al igual que se fastidia cuando ha perdido ya trabajo en procedimientos de familia, procedimientos de jurisdicción voluntaria, monitorios, etc, etc, porque ha dejado de ser preceptiva su intervención.. su cuota de actuación se ha rebajado sensiblemente, unido ello a la imposición de tasas judiciales, a la galopante crisis económica y a la derivación de pleitos a mediaciones en los que su trabajo se va a reducir a asesoramiento y redacción de acuerdos. Pongamos las cosas claras.
Pues esto es así, porque el progreso debe mirar el bienestar de la comunidad, y aunque nos duelan los cambios, la introducción de la mediación en todos los ámbitos de conflictos es una imperiosa necesidad. Como todo lo nuevo, se teme, unos lo temen porque creen que es una intromisión, otros porque no quiere su fracaso.. es lógico el miedo al mediador y el miedo del mediador.

Leave a Reply

Abrir chat
¿Podemos ayudarte?