Las Provincias
El instructor del ‘caso Noos’ sostiene que «en el posible delito de Cristina de Borbón, como en todos los fraudes fiscales, hay un interés colectivo»
Noche del martes. Hace menos de 24 horas que la infanta Cristina estaba ante el tribunal. El juez que ha llevado a la hermana de Felipe VI al banquillo de los acusados ha vuelto a su vida normal. Está de guardia y se dirige, con dos miembros de su juzgado, al levantamiento de un cadáver. José Castro, a pesar de las horas, se aviene -a pie de la famosa rampa de los imputados- a conceder primero unas declaraciones y, finalmente, una entrevista. El veterano magistrado, del que es evidente que ha visto bastante de la primera sesión del caso que instruyó durante más de cinco años, dice que por su cabeza ni se pasa la posibilidad de que la exduquesa no vuelva a Palma para seguir siendo juzgada. Tampoco oculta su cabreo, dentro y fuera de micrófonos, con la frase de la Abogacía del Estado de que el ‘Hacienda somos todos’ no era más que un lema publicitario sin valor jurídico.
¿Ha seguido la vista del caso Nóos? ¿Qué le ha parecido?
Sí. Bueno, he visto un juicio con un efecto mediático importante, pero nada más.
¿Qué le parece que la defensa de la infanta, la Fiscalía y la Abogacía del Estado insistan en la ‘doctrina Botín’ para librar a Cristina de Borbón del banquillo?
A mí entender, la ‘doctrina Botín’ no existe porque no hay reiteración en ese criterio. Es solo un criterio de una sentencia del Tribunal Supremo, que no ha sido reiterado en ninguna otra. Es más, ha sido contradicho en otras resoluciones. Por lo tanto, no existe ‘doctrina Botín’. Pero es que además, si existiera, no sería aplicable en este proceso.
¿Por qué no sería aplicable?
Porque el supuesto (entre la infanta y Emilio Botín) no es el mismo. Eso lo hemos oído en cien mil ocasiones. Allí, en el juicio al banquero, no se acusaba porque se entendía que no había delito, pero aquí sí que se acusa. Aquí, en el ‘caso Nóos’, la Agencia Tributaria sí que se siente perjudicada por un fraude fiscal. Lo que ocurre es que selectivamente se dice que el culpable es éste (Iñaki Urdangarin) y esta otra señora (Cristina de Borbón) no es culpable. Bueno, ese el criterio de la Agencia Tributaria en este caso, pero eso, desde luego, no es la ‘doctrina Botín’. Insisto, allí Hacienda no veía el delito y aquí sí que lo ve.
¿Pero la defensa de la imputada fía toda su estrategia en esa doctrina para evitarle el juicio?
Es su postura y tiene todo el derecho de verlo así. Cada uno defiende su postura con la vehemencia que cree oportuno. Cuanta más vehemencia uno piensa que va a convencer más.
¿Cómo se sentiría si finalmente la infanta se queda fuera del juicio porque el tribunal sí admite que la jurisprudencia de Botín es válida en este caso?
Al señor Roca (Miquel Roca, abogado de la infanta), paseando por la vía pública hace poco o saliendo de un aeropuerto, los periodistas le preguntaron por la posibilidad de que el tribunal no aplicara a su defendida la ‘doctrina Botín’ y dijo que no contemplaba esa posibilidad. Pues yo, igual. No contemplo la posibilidad contraria. No tengo en mi panorama la posibilidad de que se aplique en este juicio la ‘doctrina Botín’. Por lo tanto, esa posibilidad la desecho por completo.
Ya no como juez, sino como ciudadano. ¿Qué pensaría usted si no viera a Cristina de Borbón seguir sentada en el banquillo?
En mi caso, y como juez, solo puedo barajar argumentos jurídicos. Los ciudadanos barajarán otro tipo de consideraciones. Yo me tengo que centrar en el plano jurídico.
Sin pronóstico
¿Creería que la justicia es igual para todo si la exduquesa no fuera enjuiciada finalmente?
(Largo silencio) ¿Creería eso…? Hombre, yo pensaría que los tribunales lo han hecho de la mejor manera que han creído. Por lo tanto, yo no dudaría de la honestidad de los tribunales. Otra cosa es que al final el resultado quizás fuera ése.
Si tuviera que apostar a que la infanta Cristina sigue o no en el banquillo…
Ni idea, ni idea. Lo único que digo es que, desde mi personal punto de vista, no contemplo, jurídicamente hablando, aplicar la ‘doctrina Botín’. Pero bueno, a mí ya no me toca decidir nada. Será la Audiencia Provincial, la que, con mejor y superior criterio que el mío, tomará la decisión que crea conveniente.
¿Qué opinión le merece la intervención de la abogada del Estado en la primera sesión del juicio? ¿Hacienda somos todos?
Eso creía uno. Uno estaba convencido de que Hacienda éramos todos y, fuera o no fuera cierto, uno venía pagando sus impuestos religiosamente. Pero ahora resulta que Hacienda no somos todos. Que nos han vendido un camelo. Uno se siente sorprendido. No estoy especialmente feliz con esa frase.
¿Esa frase es un golpe bajo a sus tesis judiciales para sentar a Cristina de Borbón?
A mí como juez no me afecta que un parte defienda su postura como crea conveniente. En esa parte, como juez, no tengo nada que decir, pero insisto, como ciudadano, contribuyente por demás, sí que me siento ofendido porque durante años se nos ha vendido que Hacienda somos todos. Y ahora resulta que lo hacían con menos veracidad que te ofrecen un detergente o una colonia en la publicidad navideña. Me siento afectado, claro que sí.
¿Tiene derecho la Agencia Tributaria o la Abogacía del Estado a arrogarse en exclusiva el papel de víctima en un supuesto delito fiscal como el de la infanta?
Yo lo deje claro durante 70 páginas en el auto de apertura del juicio oral que en ese posible delito, como en todos los fraudes fiscales, hay un interés colectivo. Cuando hay un delito fiscal todos los ciudadanos que contribuimos a las cargas públicas o que somos destinatarios de los servicios públicos nos podemos sentir perjudicados. Lo dije en mis escritos y lo reitero ahora.