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Los representantes de las empresas del Grupo Alonso –Uminsa y Coto Minero Cantábrico- han dado curso oficial este al concurso voluntario de acreedores sin alcanzar un acuerdo con los trabajadores, tal y como ha podido conocer leonoticias.com
Una medida anunciada por el grupo carbonero que, más como una solución, lo entiende como una consecuencia directa del impago de los casi 50 millones correspondiente al ejercicio del 2012 que mantiene al grupo carbonero ‘atado de pies y manos’ para hacer frente a los compromisos con sus acreedores ante la falta de liquidez.
Una situación “insostenible”, según ha asegurado en reiteradas ocasiones el apoderado de Uminsa, Gerardo Biaín, que ha empujado al grupo empresarial a presentar este lunes 1 de julio, tras varios bailes de fechas, la documentación para el concurso de acreedores.
Una alternativa que desde la dirección de la carbonera la entienden como la “única solución” para dotar de viabilidad la empresa y asentar las bases que permitan dar continuidad a su actividad. “Industria nos ha empujado a tomar esta medida. El aguante tiene un límite y ya hemos llegado a ese límite”, señalaba hace unos Biaín a este diario digital.
Sin acuerdo en material laboral
La intención de los representantes de Uminsa y CMC era presentar el acuerdo una vez alcanzado un acuerdo con los trabajadores para adaptar el convenio laboral con el objetivo de encontrar una fórmula eficaz que permitiese sentar las bases para poder operar en un futuro sin ayudas.
Biaín recordaba en una entrevista que las posibilidades de salir del concurso eran mayores teniendo un acuerdo con los trabajadores y con las empresas funcionando, pero no sirve cualquier “acuerdo porque, si después no se genera lo suficiente para atender el gasto corriente, habría que ir a la liquidación”.
Las nuevas condiciones que ponía encima de la mesa el grupo carbonero, en particular, la pretensión de que el cómputo de la jornada laboral se realice una vez que el trabajador haya alcanzado el punto de trabajo en el interior de la mina, ha provocado que este viernes se cerrase el periodo de consultas sin haber alcanzado un acuerdo.
Una situación que no ha impedido el regreso a los tajos de los trabajadores. El pasado 24 de mayo se reincorporaban los mineros de CMC en la explotación de Cerredo, en su mayoría procedentes de El Bierzo y Laciana. Un regreso en el que se unían los 169 readmitidos por sentencia del pozo Santa Cruz y Salgueiro.
Siguientes pasos de la negociación
Un regreso marcado por la incertidumbre, latente aún este lunes cuando la empresa presentaba el concurso de acreedores. El siguiente paso para intentar un acuerdo pasará por la negociación del Serla en el caso de CMC aunque en Uminsa la dirección incluso planteó la posibilidad de presentar las cartas de despido antes del 13 de junio.