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La cosa se complica para Sniace. En plena negociación para salvar la liquidación, la Unión Europea ha rechazado una millonaria ayuda que Polonia le concedió hace ya dos años.
Sniace se ha topado con un nuevo escollo en su accidentado concurso de acreedores. Mientras los juicios por el despido de la práctica totalidad de su plantilla se dilatan, Bruselas ha denegado una ayuda para la filial del grupo en Polonia con la que la cotizada española contaba ya desde hace dos años.
Ha sido la propia Sniace la que ha comunicado el varapalo sufrido por parte de la Unión Europea, sin especificar cuál es el organismo que ha rechazado la subvención a fondo perdido que en abril de 2014 le concedió el Gobierno polaco. Suspendida de negociación en el parqué por su extrema situación financiera, esta se vuelve un poco más compleja ante la falta de capitales para uno de sus proyectos más emblemáticos más allá de las fronteras nacionales.
En la notificación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se recuerda que Bruselas ha decidido no ratificar una ayuda que el Ministerio de Economía de Polonía había aprobado hace dos años. El objetivo era facilitar la construcción de una planta renovable en la ciudad de Kostrzyn-nad-Odra, fronteriza con Alemania, con capacidad para la producción de 200.000 toneladas anuales de bioetanol.
Con esta decisión, queda en el aire una partida equivalente a 35 millones de euros, al cambio de divisas desde el zloty polaco. Por esta razón, la compañía ya ha anunciado que sus abogados “están analizando la documentación recibida para estudiar su posible recurso” y poder acceder a la subvención a fondo perdido anunciada hace ahora dos años y que espoleó con fuerza su ya debilitada cotización en Bolsa.
Mientras tanto, la negociación con los representantes de los trabajadores continúa y son ya 17 meses de conversaciones plagados de más desencuentros que puntos comunes. Esta misma semana, la Audiencia Nacional ha aceptado la petición de aplazar el juicio previsto para el martes pasado que debía determinar sobre la legalidad del expediente de regulación de empleo (ERE) por el que Sniace pretende despedir a 533 trabajadores, la práctica totalidad de su plantilla ante la parada de actividad que la dirección atribuye a la falta de negocio y el efecto negativo de la reforma energética del ministro José Manuel Soria.
En su último cruce, el pasado mes de septiembre, la compañía marcó un precio de 0,196 euros por acción. Actualmente, se negocia también con acreedores para evitar la disolución de la compañía. Mientras tanto, las declaraciones de su habitualmente polémico presiente, Blas Mezquita, siguen dando pistas sobre la evolución de las mismas.